A continuación conocerás la historia de las tarjetas de presentación. Primero es importante saber que anteriormente estas se llamaban tarjetas de visita. Aparecieron en China en el siglo XV y luego en el continente europeo en el siglo XVII. En ese momento los sirvientes de la nobleza y la realeza entregaban estas tarjetas a los lacayos de los anfitriones anunciando claramente la llegada de sus dueños.
Con el tiempo, estas tarjetas se convirtieron en una herramienta crucial de etiqueta, con normas muy puntuales para su uso. El objetivo era que alguien no debería ver a otra persona sin recibir previamente una tarjeta de visita. Ciertamente esto ha cambiado, en el siglo XVIII las tarjetas de visita se volvieron tradecards (tarjetas de comercio) o tarjetas de presentación.
En el siglo XIX , la tarjeta de visita se volvió un elemento común en el mundo del comercio y los negocios en Europa, donde todo comerciante de nivel, debía tener su propia tarjeta. Para esa época también apareció una variante de la tarjeta de presentación desde Francia. Esta se denominaba “carte de visite”, y consistía en una foto o retrato solemne de la persona en concreto, con sus datos en la parte trasera.
Ahora, este es un elemento que forma parte de la papelería corporativa de cualquier empresa, comercio, industria o persona que ofrezca servicios o productos, a terceros, para presentar sus datos y cargos dentro de la empresa.
No cabe duda de que las tarjetas de presentación son una gran herramienta para hacer networking (conexión laboral) y han sido funcionales para muchas generaciones.
Es cierto esta era presenta una competencia para el papel gracias a las tarjetas de presentación digitales, pero no se debe negar que esa tradición del papel se mantiene y que gracias a la misma, nacieron las tarjetas digitales. ¡Ambos tipos de tarjetas son importantes!
¿Quién creó las tarjetas de presentación?
Los chinos dieron el primer paso, luego los lacayos de aristócratas y de la realeza fueron quienes crearon y entregaron las primeras tarjetas de visita europeas a los criados de sus anfitriones anticipando solemnemente la llegada de sus dueños. Al principio, las tarjetas de visita tenían datos muy básicos (nombre y dirección), también era costumbre añadir algunas anotaciones a mano.
En el año 1855, el fotógrafo francés Eugène Disdéri tuvo la idea de adherir una foto a las tarjetas de presentación. Él inventó la tarjeta fotográfica, inicialmente fueron ocho imágenes de la persona posando, hechas en una única sesión y pegadas sobre las tarjetas de visita.