Las tecnologías digitales han permeado nuestras tareas e interacciones cotidianas en el siglo XXI. Han cambiado la forma en que aprendemos, trabajamos y socializamos. Esta dependencia del uso de la tecnología en el mundo moderno ha llevado a considerar mucho las consecuencias para la sociedad con respecto a cómo nos relacionamos e interactuamos entre nosotros y cómo hacemos uso de estas herramientas digitales y canales de comunicación.
Cuando pensamos en la sociedad digital, primero debemos considerar la sociedad de la información; que está muy relacionado con el avance de las tecnologías digitales de información y comunicación, especialmente Internet. La sociedad de la información se refiere a las sociedades en las que la creación, difusión, uso y manipulación de la información se ha vuelto significativa para los esfuerzos políticos, económicos, sociales y culturales. Entonces, ¿qué significa esto para el ciudadano común?
La sociedad de la información ha brindado muchas oportunidades a un grupo social más amplio que nunca. Una gran proporción de la población mundial, especialmente los del mundo occidental, tienen acceso a fuentes de información y tecnologías que les permiten participar en línea en una gran cantidad de actividades, ya sean económicas, sociales, políticas o educativas. Podemos tomar el control de nuestro propio aprendizaje mediante la participación en cursos gratuitos como este; podemos iniciar un negocio en línea sin la necesidad de mucho capital (por ejemplo, vender artesanías en Etsy); y podemos transmitir nuestros puntos de vista y opiniones a una audiencia global, mientras socializamos a través de las fronteras geográficas.
¿Qué queremos decir con ciudadanía digital?
Hemos sugerido que el “ciudadano digital” es una persona que desarrolla las habilidades y el conocimiento para usar Internet y las tecnologías digitales de manera efectiva; quien utiliza las tecnologías digitales e Internet de manera apropiada y responsable para participar en la sociedad y la política.
Cuando cuestionamos esta definición de ciudadanía digital, debemos pensar en los niveles de complejidad: en un nivel simplista, podríamos tomar la ciudadanía digital como la capacidad de acceder a las tecnologías digitales y mantenernos a salvo. De hecho, puede notar que estas son algunas de las ideas que se utilizan para estructurar discusiones y actividades. Sin embargo, también debemos considerar y comprender las complejidades de la ciudadanía a medida que comenzamos a convertirnos en ciudadanos digitales, utilizando los medios digitales para participar activamente en la sociedad y la vida política.
Si nos fijamos un poco más en el campo de los “estudios de ciudadanía”, esto nos ayudará a comprender lo que esto puede significar en una sociedad digital. Un ciudadano se define como un personaje individual que es visto como miembro de una sociedad; del Estado. La ciudadanía considera el comportamiento de un individuo en términos de derechos, obligaciones y funciones de dicho ciudadano. Las obligaciones (o, si lo prefiere, los deberes) del ciudadano incluyen trabajo, impuestos y obediencia a las leyes.
Los derechos incluyen derechos civiles como la libertad de expresión y los derechos a una vida privada; derechos políticos, como el derecho a votar o presentarse a un cargo; y derechos sociales a la asistencia sanitaria y al bienestar. Consideraremos estos derechos a medida que veamos las múltiples capas de lo que significa ser ciudadano en el mundo moderno y cómo la legislación y el gobierno configuran nuestra capacidad de ser ciudadanos democráticos.