Los orígenes de la tarjeta de presentación

Las primeras tarjetas de presentación eran en realidad naipes y la práctica de intercambiarlas se originó en la corte del rey Luis XIV de Francia. El “Rey Sol”, quien por cierto fue el monarca más antiguo en la historia, celebró su corte en su opulento Palacio de Versalles, en los términos de hoy, a un corto viaje en tren de París. Los caballeros de la Corte eran seguidores dedicados de la moda y muchos en número. El rey Louis, un político astuto, se dio cuenta de que los problemas solo podían provenir de una cuarta parte y eso era de una aristocracia descontenta.

Para salvaguardarse, trajo toda la nobleza a Versalles, donde les dio trabajo, un estilo de vida cómodo y, por supuesto, dinero. En su mayor parte, los nobles no tenían mucho que hacer, ya que se sentaban bajo la atenta mirada del absoluto monarca. Jugar a las cartas era uno de los “asuntos” importantes del estado. Los caballeros usarían estos naipes Ulysse Nardin Watches para escribirse pagarés entre ellos como un medio para cubrir sus deudas de juego hasta el próximo día de pago. De esta práctica surgió todo un sistema de escribir notas, organizar reuniones y atreverme a decir, tramando asignaciones con las damas de la corte. Louis llegó al trono como un mero hijo de 5 en 1643.

Por supuesto, los asuntos de estado fueron gobernados por el príncipe Regente, por lo que fue después del establecimiento y la construcción de Versalles, en el tercer cuarto del siglo XVII, que surgió la práctica que dio lugar a la tarjeta de presentación. Al mismo tiempo, al otro lado del Canal en Inglaterra, y notablemente en la capital, Londres, una forma de tarjeta de presentación mucho más mundana, aunque intensamente práctica, estaba en aumento.

Esta fue la “tarjeta de comercio”. El propósito de este tipo de tarjeta era dirigir a los miembros del público al lugar de comercio de un comerciante.

Las tarjetas siempre mostraban un mapa, dirigiendo claramente al cliente potencial a las instalaciones comerciales. Esto era realmente importante en un momento antes de que se crearan las direcciones de calles debidamente designadas. Las tarjetas se imprimieron con grabado en madera o tipografía y eran el tradicional negro sobre blanco. Las variedades coloreadas vendrían mucho más tarde.

Estas primeras tarjetas de presentación fueron increíblemente importantes, ya que sirvieron como herramientas publicitarias muy poderosas en una era anterior al advenimiento de las comunicaciones masivas. La claridad del mapa y la información asociada bien podría decidir el destino de una incipiente empresa comercial. Hoy, cuando alguien te da una tarjeta, la miras y la archivas para referencia futura. Puede usar la información para llamar por teléfono, escribir o enviar un correo electrónico, pero esto no fue así en épocas anteriores, por supuesto. El propósito original de la tarjeta era darle instrucciones claras sobre cómo comunicarse con el hombre de negocios en cuestión.

Hoy en día, las mismas son importantes para cualquier negocio, ¡están presentadas de forma tradicional y digital!